Check this out!

No te olvido compasión


Hay muchas características que debe tener un siervo del Señor para seguirle. Un corazón receptivo, abierto a recibir cambios que el Señor pone en nosotros para cambiar con frecuencia es uno de ellos. Somos barro en sus manos, y estamos constantemente en cambio y aprendizaje. No seríamos verdaderos seguidores si no cambiamos, o no mutamos a nosotros mismos con el tiempo y el caminar en su presencia.
Una cualidad que el Señor a puesto en mi corazón, que usualmente suponemos que poseemos por deducción, es la compasión.
Yo creía que amar a Dios y estar bien con los demás era lo necesario para ser buena discípula, que consagrarme, orar y estar con la locura de la predicación bastaría para seguir adelante con el crecimiento del evangelio. 
Pero no es así, recuerde esto, cuando cree que ya ha alcanzado la superficie, sumérjase nuevamente porque en Dios siempre hay cosas nuevas para renovar, crecer y madurar constantemente. 

No sabía que era la palabra compasión hasta que Dios me lo mostró. Nunca había sentido tanto anhelo por ayudar como en ese momento. Y es que si no nos movemos por compasión cuando de salvar almas se trata, estamos en realidad haciéndolo por deber.
Y el Dios que yo conozco no me obliga a amarle, no me obliga a seguirle, no me obliga a servirle, no me obliga a buscarle, no me obliga a nada que yo no quiera. Todo lo hago porque quiero, por mi propia voluntad lo anhelo, anhelo amarlo, seguirle, servirle, buscarle diariamente y no me canso.
No debería ser una obligación tener que predicar salvación a todas las almas, porque cuando se está haciendo correctamente, nunca es una obligación y nunca se siente como obligación y mucho menos nos cansaría. 
Compasión no es tener lástima, yo definiría compasión como 70% amor y 30% necesidad de ayudar, porque se siente la pena de la otra persona como propia y es imposible ignorar la obligación de ayudar. Mientras que lástima es simplemente sentir pena por alguien que no tiene que ver conmigo, y no tengo necesidad de ayudarlo porque no es conmigo. 
Necesitamos compasión en nuestros corazones para predicar salvación y para servir, porque sino nos vamos a cansar incluso antes de empezar. 
Ese 70% de amor viene cargado de fuego, y ese 30% de ayudar, con un anhelo insaciable. 
¿Quién se va cansar así? 

"Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: La mies es mucha, pero los obreros pocos. Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies." (Mateo 9:36-38 Énfasis añadido)

Cuando Jesús le dijo a sus discípulos que la mies es mucha, y que son pocos los obreros, primeramente sintió compasión. Nosotros debemos ser ejemplo de Jesús, y si él sintió compasión ¿Cuánto más nosotros? 
Creo que dejó grabado perfectamente lo que necesitamos. Pregúntese, ¿Que siente usted cuando ve las multitudes angustiadas y abatidas como ovejas sin pastor? Porque si no siente una carga insoportable de amor y anhelo por hacer algo, creo que falta una pieza muy importante. Eso que sintió Jesús tan intenso, que luego de sentirlo lo primero que salió de su boca fue que oraran a Dios por más obreros, porque ese fuego y anhelo por ayudarlos no lo dejaba tranquilo.
Por esto y estoy segura que por muchas otras cosas más, yo no te olvido compasión.


No hay comentarios:

Publicar un comentario