Desarráigame, que erguido no quiero seguir si pierdo fragancia.
¿Que será de mí sin el capitán de mi alma?
En la soledad fúnebre y sombría, todo eclipse de sol aturdiría mis pasos.
Nada se compara a un anochecer sin camino, sin recato, sin orientación.
¿Dónde encuentro el camino a casa sino Contigo?
Pesada se ha vuelto mi carpa en esta tierra extranjera.
Arráigame de vuelta, que echado ya no quiero estar sin tu fragancia.
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