La importancia de una autoridad

Es normal que no se pueda dormir la noche que se llega a conocer a esa persona ideal.

Es normal tratar arduamente por complacer a esa persona.

Es normal batallar con el tiempo para que se apresure y así poder llegar a ver a esa persona lo antes posible.

Es normal que el tiempo se vuelva tu amigo después de mucho tratar.

Es normal que elogiar a la pareja se acabe después de la primera relación sexual.

Es normal sentir con el tiempo que la pareja es solo un objeto para desahogar el deseo sexual.

Es normal que después de ciertos años ya ese objeto no sirva para desahogarte.

Es normal que busques por otros objetos.

Es normal que el tiempo parezca derrumbar todo lo que empezó en un momento exacto hace varios años atrás, llegando a ser traicionero. 

Es normal que pasados la edad de los 40-50 el hombre o la mujer decidan tener un amante para volver a sentir pasiones pasadas u adrenalina.

Es normal que después de que los hijos se van de la casa, ya el marido ande buscando su amante.

Es normal que lo que mantenga unida una familia sean los hijos.

Es normal que lo que exista entre una pareja de más de 10 años sea solo tolerancia.

Es normal que las peleas sean la manera de mostrar afecto-odio con el tiempo.

Es normal que se divorcien con el tiempo.

Es normal que los hijos sufran las consecuencias.

Es normal que los hijos ya adultos, copien el comportamiento de los padres.

Es normal que todo esto se vuelva NORMAL para las personas.

Nadie nació para ser la felicidad, la dependencia, el desarrollo, la llave mágica para completar a otra persona, para eso está Dios. Esto es todo parte de lo que nos han hecho creer, tomar el papel ajeno de dios para hacer feliz a otra persona. Que sin nuestra “otra mitad” nunca vamos a ser felices, nunca vamos a estar completos.

Hay algo que la gente olvida, y es buscar la felicidad personal PRIMERO, luego encontrar (no buscar) a esa otra persona con la cual puedes COMPARTIR tu felicidad, y con la cual esa persona comparte su felicidad contigo.

Cuando una persona se ata a otra porque es “la otra mitad”, en realidad solo se está atando a la carne de esa persona, y como ya todos sabemos, carne todas las personas tienen. Que te hace pensar que eres diferente a los demás? Exacto, eres diferente por lo que eres internamente, pero externamente todos somos lo mismo y todos al final llegamos a ser flácidos y arrugados, no hay quite para eso. 

Sin embargo, la gente sigue con esta cadena “normal” y más y más parejas siguen con el mismo círculo.

Porque cuesta tanto respetar los límites de la autoridad?

Autoridad? Porque autoridad?

Porque si nos vamos más profundamente a la raíz del problema, en realidad todo va ligado a la autoridad.

“Yo soy la autoridad de mi vida, entonces puedo hacer lo que me de la gana”

“Yo hago lo que quiero, cuando quiero, donde quiera”

“Yo tengo derechos, y puedo hacer esto.”

Cuando las personas entiendan que las leyes no existen para tratar de amarrar, sino para guiar, todo les va ser mas sencillo.

Nosotros somos los únicos seres pensantes, tenemos el privilegio de poder razonar, de analizar, de pensar, cuantas veces al día queramos. Pero lo usamos?

Eso es justamente lo que pasa con esta cadena, las personas no piensan y razonan mas allá de lo que está frente a sus ojos. 

“Ella es hermosa y tiene un cuerpo buenísimo, quiero casarme con ella de una vez”

“Él es demasiado atractivo, y además tiene dinero!”

Y luego de siete meses, ya empiezan a ver defectos y terminan pensando lo mismo pero ahora de los vecinos. Y van de nuevo en busca de esa media naranja. 

Respetar la autoridad es dejar de hacer lo que esta en mis manos para dejar a la autoridad hacer lo suyo. Hoy en día se ve como no se respeta ni siquiera a los policías de un país, la autoridad ya no se toma enserio. Y al no tomarse enserio a la verdadera autoridad, cada uno se vuelve su propia autoridad personalizada. Que pasa con esto?

Que sin autoridad, no hay guía. A guiar no me refiero a no poder tomar decisiones o elegir, siempre vamos a tener ese privilegio, solo que sin autoridad, estamos ante un tiro al blanco con los ojos vendados. Esta auto-autoridad nos lleva a ni siquiera querer utilizar la razón para hacer las cosas. 

Se llega al punto de hacer lo que sea; incluyendo ahí esta misma mentalidad “normal”.

Quien va detener a una pareja que se está gritando si ninguno se detiene porque los dos tienen “autoridad”?

Quien va evitar que alguno de los dos sea infiel si cada uno tiene su “autoridad” para hacerlo?

Quien va incentivar a la pareja de recién casados para que enserio lleguen a ser más que solo una relación sexual, si ellos como “autoridad” hacen lo que quieren?
Quien les va explicar que los hijos son solo un regalo y no son los fundamentos de un hogar, si ellos en su propia "autoridad" piensan que sin hijos ya no hay qué los mantenga unidos?

Y aunque la razón les dice que no es bueno usar a las personas como objetos; aun lo siguen haciendo porque creen tener esa autoridad, aunque la razón les dice que no sean infieles; aun lo siguen siendo por ese grano de autoridad guardado. Y aunque sabemos que necesitamos una autoridad en nuestras vidas porque se esta derrumbando; aun lo seguimos negando. 

Las personas mas que beneficiarse, NECESITAN de una autoridad. Y una autoridad justa.

Eres de los que piensan que Dios es solo leyes y castigo? Entonces estás en ese círculo de auto-autoridad. 

Se necesitan en este siglo más parejas que sepan reconocer y respetar la Autoridad, mas allá de una autoridad humana; que de igual manera se debe respetar, una autoridad Espiritual, que nos guíe para saber que cada paso que damos es seguro y no vamos a terminar pisando una granada de esas que te hacen ser una montaña rusa de emociones, acciones, y reacciones.